Junto a la ciudad de Cochabamba, a lomas del Pico Tunari se erige Tiquipaya, una ciudad intermedia en constante crecimiento. Denominada desde su fundación como la Ciudad de las Flores, por sus múltiples espacios destinados a la floricultura.

Sin embargo, cada vez quedan menos cultivos y surgen nuevos desafíos económicos y laborales.

Para Marlen Sánchez, profesora de educación especial en la Unidad Educativa Jesús Maestro, el municipio ha cambiado a pasos agigantados. La Ciudad de las Flores parece cada vez más una idea que pertenece a otros tiempos. Lo que antes era el olor dulce de las dalias o de los claveles, se ha ido convirtiendo poco a poco en un basto olor a asfalto que enladrilla el rico paisaje de Tiquipaya.

Ahora, el municipio se reinventa y encuentra nuevas salidas económicas y laborales, innovadoras y justas, que aseguren un futuro digno.

En Jesús Maestro han encontrado una alternativa para jóvenes: producir chocolates bajo la lógica de Economía Social y Solidaria.